Volar a través del idioma

• Rakesh es un antiguo alumno de la Escuela Profesional de Idiomas de la Fundación.

• Lleva 6 años viviendo en México y recuerda con nostalgia sus momentos de niñez. Su sueño siempre fue hacer un viaje internacional y se preparó con creces para conseguirlo.
Rakesh en la Escuela de Idiomas
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Rakesh no puede evitar soltar una carcajada al recordar su infancia. Creció en Anantapur; jugando y haciendo travesuras con sus amigos hasta la llegada del ocaso. Cuando Rakesh era pequeño y coincidió con un grupo de visitantes de los que acuden a conocer el proyecto de la Fundación, hubo una particularidad que despertó su curiosidad: el idioma. “La mayoría de ellos venían de España. Cuando los escuchaba hablar pensaba: ¿De qué lengua se trata? ¿Por qué hablan de esta manera? ¿Qué querrán decir? Y fue en aquellos momentos cuando mi interés se convirtió en un sueño”, dice en un castellano perfectamente depurado.

Rakesh se considera una persona con los pies en la tierra. Sin embargo, tenía una gran aspiración: despegar. Soñaba con coger un vuelo internacional, una ambición que se mantuvo en su cabeza como una especie de mantra. “La Fundación Vicente Ferrer me dio la oportunidad de ingresar en la Escuela Profesional de Idiomas. Empecé a trabajar duro desde el primer día para poder aprender todo lo que me querían enseñar”. Cuando Rakesh ingresó en el curso chapurreaba inglés y apenas tenía nociones de castellano. “Mucho esfuerzo, mucha paciencia; mucho esfuerzo, mucha paciencia”, repite mientras dibuja una pícara sonrisa en su rostro.

Rakesh recordando anécdotas de su paso por la escuela/©FVF
Rakesh recordando anécdotas de su paso por la escuela/©FVF

El curso de la Escuela Profesional de Idiomas es holístico. El alumnado, aparte de aprender diferentes lenguas, también recibe formaciones de contabilidad, informática y life skills. “¿Sabes lo que me gustó más?”, pregunta, “que en este curso te daban las herramientas para poder conseguir un trabajo, y lo más importante y difícil: saber mantenerlo”, responde. Durante los diez meses de formación no todo fue un camino de rosas. La disciplina y el trabajo constante fueron la clave de todo. “Por las noches yo no dormía nunca con mis compañeros, hacía un poco de trampa y me quedaba durmiendo en la sala de informática. Me pasaba las noches escuchando castellano porque me fascinaba. Con paciencia se puede llegar a conseguir todo. Y, de esa manera, siempre era el primero en llegar a clase”, bromea.

Rakesh se graduó con excelencia, siendo uno de los mejores alumnos que ha pasado por la Escuela Profesional de Idiomas. Sus profesores aún lo recuerdan como aquel joven con una capacidad de aprendizaje asombrosa y una actitud cercana pero tenaz. Gracias a sus notas, la primera oferta laboral no tardó en llegar. “Me llamaron de una empresa de Chennai (en el estado de Tamil Nadu), pero lo que más me gustó es que me ofrecieron la posibilidad de viajar hasta México para trabajar. Y, claro…, solo les dije: ¿dónde hay que firmar?”, declara. Esa idea de coger un vuelo internacional empezaba a coger forma, hasta convertirse en una realidad. Hoy, Rakesh, lleva seis años viviendo en Ciudad de México, capital de la bandera tricolor.  

Rakesh dando clase a los alumnos/©FVF
Rakesh dando clase a los alumnos/©FVF

El que fue un joven estudiante ha vuelto ahora para visitar la escuela. Rakesh ha pasado unos días en Anantapur recordando todo tipo de vivencias, reencontrándose con sus profesores e incluso participando en las clases de castellano que se imparten en el centro y motivando a los actuales estudiantes. También ha podido pasar tiempo con su familia, que son los que vieron su progreso desde el ingreso a la escuela hasta sus primeros pasos profesionales.

El viaje de Rakesh ha sido largo, desde la India más rural hasta México. A través de la práctica y de la constancia ha conseguido cumplir su sueño. Cuando se le pregunta cuál es el mensaje que quiere dar a las generaciones que están en la Escuela Profesional de Idiomas responde que “en esta vida hay muchos caminos por elegir y todos son válidos. Pero por muy tópico que parezca, el mejor consejo que yo puedo dar es que trabajen con mucho esfuerzo y mucha paciencia; mucho esfuerzo y mucha paciencia”, volviendo a mostrar una sonrisa de satisfacción.

El 85% de los alumnos que han pasado por la Escuela Profesional de Idiomas de la Fundación Vicente Ferrer han conseguido trabajo después de finalizar el curso. Estudiantes que, al igual que Rakesh, han utilizado esas herramientas para cumplir sus sueños.

Texto: Josep Romaguera | Foto: ©FVF