Un legado de confianza

⦁ El testamento solidario es un acto de generosidad que contribuye a mejorar la vida de las personas más vulnerables
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“Cuando ya no esté, quiero seguir ayudando a la gente. Creo que se puede mejorar la calidad de vida de las personas para que vivan con dignidad. He podido ver con mis ojos que eso es posible: la Fundación Vicente Ferrer lo ha conseguido durante más de 50 años. Realizar mi testamento en su favor es asegurarme de que el mundo sea un lugar mejor”, son las palabras de María Labrús, una de las colaboradoras de la Fundación.  

Como ella, muchas otras personas han decidido confiar en la Fundación y realizar un testamento solidario para que cuando ya no estén puedan seguir colaborando en la lucha contra la discriminación, la desigualdad y la pobreza. Con su legado, las personas regalan lo mejor que pueden dar: esperanza para el mañana. Su acción no finaliza y su compromiso solidario perdura. “La mayor satisfacción es la confianza incondicional que expresan la mayoría de personas que incluyen a la Fundación en su testamento” explica Diego Alonso Cardona, encargado de coordinar las herencias y legados de la organización.

El testamento solidario es un acto de generosidad con el que, tras velar por la familia y seres queridos, se puede legar parte del patrimonio a una organización como la Fundación Vicente Ferrer para contribuir a mejorar la vida de las personas más vulnerables de la India rural. Con esta aportación solidaria se puede contribuir a avanzar en los diferentes proyectos para permitir acceso a educación, vivienda y sanidad para las familias más vulnerables.

El alcance de este gesto es inmenso y puede suponer un verdadero cambio en la vida de muchas personas. Unos meses antes de fallecer, Beatriz Nieto visitó la India y, gracias a su generosidad, la Fundación puso en marcha un nuevo proyecto: la unidad de cáncer pediátrico para atender a menores sin recursos que padecen esta enfermedad. La familia de Beatriz Nieto explica que Bea era una persona apasionada, compasiva, soñadora y muy vital. “Para ella fue una experiencia inolvidable visitar el proyecto de la Fundación, allí pudo palpar la felicidad y agradecimiento de tantísima gente. Apoyar a las personas que más lo necesitan le pareció un acto hermoso para el final de su vida” nos explican. Siguió los consejos de su hermano, que le dijo: ‘haz lo que te dicte el corazón’”.


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