Lion, la realidad de lo que parece imposible

Post de: Carla Fibla
Fotograma de la película "Lion"
Fotograma de la película "Lion"

Un niño que aún no ha cumplido los 5 años desoye la advertencia de su hermano adolescente, Guddu, quien le pide que no se mueva del banco de una estación hasta que regrese de trabajar.

En el tren de Khandwa a Burhanpur recorrió 60 kilómetros junto a Guddu, pero al encontrarse solo la desorientación y desesperación le llevó a subirse a otro que acabó alejándole a mil kilómetros de su hogar.

Encontrar una aguja en un pajar es un argumento casi imposible. Pero a Saroo Brierley le ocurrió, y 25 años después logró reencontrar a su madre y hermanos en el mismo lugar que se obstinó en mantener en la memoria. Se obligó a no olvidar. Y así lo narra con detalle en su libro Un largo camino a casa (Ed. Península), en el que se inspira la película “Lion” (en referencia a Saroo, “león” en hindú) que este viernes se estrena en los cines de España.

“Me quedaba mirando el mapa, absorto, pensando que entre todos aquellos nombres estaría el lugar del que yo procedía, donde había nacido. Sabía que se llamaba «Ginestlay», pero no tenía ni idea de si era el nombre de una ciudad o de un pueblo o de una aldea, o incluso de una calle, ni de por dónde empezar a buscarlo en el mapa”, explica en el primer capítulo de su libro.

23 millones de personas usan el tren a diario en la India, es la cuarta red ferroviaria más grande del mundo. De hecho, sólo en la estación Howrah de Calcula, a la que llegó Saroo, hay 123 plataformas y una media de 274 trenes circulan cada día.

“Mi mente nunca se alejaba demasiado del pasado. Por las noches me asaltaban los recuerdos y me costaba calmarme y conciliar el sueño. Durante el día la cosa iba mejor, distraído como estaba con tantas actividades, pero mi mente no descansaba nunca. Por eso, y por mi determinación de no olvidar, siempre he recordado con claridad mis vivencias infantiles en la India, casi como un cuadro completo”, relata con la misma angustia esperanzadora con la que se expresan los personajes que le reencarnan en el filme. Saroo pasó durante años una media de 6 horas al día haciendo zoom sobre poblaciones con un pozo que sabía que estaba cerca de la estación en la que cogió el primer tren con su hermano Guddu, en el que buscaron monedas debajo de los asientos  para ayudar a su madre a sacar a la familia adelante.

Lion cuenta la historia de una búsqueda casi imposible contra la que se rebela el protagonista mientras decide que él no será un número más en las estadísticas de los miles de niños que desaparecen o son abandonados a diario en la India.

Hace ahora diez años que Renuka Chowdhry, ministra de la Mujer y el Desarrollo Infantil india, impulsó una enmienda a la ley de Justicia Juvenil para eliminar las restricciones de adopción a nativos y extranjeros. El objetivo en ese momento era terminar con el tráfico de menores y con los feticidios, por el abandono de las niñas para no pagar la dote cuando son entregadas en matrimonio. En la actualidad, los orfanatos están obligados a registrar a los menores en la Autoridad Central de Recursos de Adopción (CARA), en la que también figuran los futuros padres. El sistema no discrimina a los padres y madres solteros o divorciados, y el proceso se realiza mediante la elección entre varios candidatos o candidatas para evitar la corrupción, el favoritismo y agilizar los trámites asegurándose de que uno de los menores será elegido.

La Fundación Vicente Ferrer comparte la determinación del protagonista de Lion para lograr cambiar el curso de las cosas. A través de dos pases solidarios, en los cines Kinépolis de Madrid y Cinesa Diagonal de Barcelona, el jueves 26 de enero se proyectará la película a las 20h. Los fondos serán destinados a la rehabilitación de un orfanato en Anantapur que alberga a 25 menores de entre cero a seis años.

Sin duda, la lucha y superación de Saroo coinciden con esta frase de Vicente Ferrer: “Cuando algo parece imposible, el espíritu del hombre, el sentido de la dignidad, la prosperidad y la justicia deben levantarse con fuerza ante lo infinito”.

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